Maraña Capitalina

Diputados y funcionarios preparan ‘acordeones’ antes de iniciar la Glosa

Ahora si los diputados locales sudan la gota gorda, pues se les ha juntado el lavado con el planchado, porque aparte de la chamba en comisiones, desde el pasado lunes y hasta el próximo viernes, los integrantes de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) y las diversas Comisiones sostienen mesas de trabajo con los titulares de las secretarías del Gobierno local, previo al inicio de la Glosa que arranca el martes 28 del presente mes, con la comparecencia del secretario de Gobierno, César Arnulfo Cravioto Romero. De ahí que algunos denotan profundas ojeras y en la sesión ordinaria de este jueves, bostezaban a cada momento, con ganas de echarse un “coyotito”. Ejemplo de esta “ardua” tareas, es que este viernes, a las 10:00 horas, la Jucopo y los integrantes de las comisiones: Registral, Notarial y Tenencia de la Tierra; Administración y Procuración de Justicia; y la de Justicia Cívica y Defensoría Pública, se reunirán con la titular de la Consejería Jurídica y de Servicios Legales, Eréndira Cruzvillegas Fuentes, quien parece estará en casa, ya que se la vive más en recinto de Donceles que en sus oficinas del Antiguo Ayuntamiento; incluso, los legisladores prevén crearle una oficina. Mientras que para las 13:00 horas, la Jucopo y la Comisión de Género recibe a la titular de la Secretaría de Mujeres, Daptnhe Cuevas Ortiz; y para las 16:00 horas, la Jucopo y la Comisión de Turismo dialogarán con la secretaria del ramo, Alejandra Fraustro Guerrero. Todo para ajustar puntos, a fin de que los funcionarios no la rieguen en sus comparecencias de la Glosa y que, por su parte, los diputados no abusen de ellos. Es decir, hasta en eso hacen trampa legisladores y funcionarios, porque ambos bandos prepararán sus acordeones y no quedar mal ante la ciudadanía.

Morena insiste en donaciones, pero no garantizan que harán mismo que con ‘Otis’

Hasta donde llegan los diputados locales de Morena, para hacer que los capitalinos les crea y que ahora si no se “robarán” las donaciones que, según ellos, han llegado
en “toneladas” a las instalaciones del Congreso local. Tan es así que este jueves, al iniciar la sesión ordinaria, la morenista Valeria Cruz Flores, informó, con orgullo e inflando el pecho, que ayer decidieron donar un mes de dieta –su salario, vamos, que es por alrededor de 56 mil pesos, pero nada hablan de donar sus jugosas prerrogativas y demás dinero que reciben mensualmente; no, esa lana es sagrada–, por lo que “ya lo hicimos realidad” y entregaron tres camiones cargados con 35 toneladas de víveres, “para nuestras hermanas y hermanos” de Veracruz, Puebla, San Luis Potosí, Querétaro. Con ello, la diputada reiteró su invitación “a todos para unirse a esta noble causa, debemos ser solidarios y unirnos”. El problema es que no explicó si esas “35 toneladas” de víveres los reunieron en tan sólo un día, porque, para ser sinceros, no creemos que la gente haya entregado algún producto, sobre todo porque de junio a septiembre pasado, otra diputada de Morena, Cecilia Vadillo, pidió donaciones para las mujeres excarceladas y hasta ahora no ha informado la cantidad de donaciones recibidas. Además, la ciudadanía no olvida lo que ocurrió el año pasado con el Huracán “Otis” que azotó Acapulco, cuyas donaciones duraron semanas almacenadas en el inmueble del Zócalo, pero apenas este jueves los morenistas salieron con que “los entregamos al DIF”, sin mostrar documento alguno. Ah, pero ahora vuelven a salir con el cuento de que “nuestros hermanos y hermanas necesitan nuestro apoyo”. Si, cómo no. La gente pide garantía de que lo que done llegará a las víctimas, y no a casa de algún funcionario morenista, como ya ha ocurrido, no sólo con “Otis”, sino con otros apoyos, o en los tianguis donde los muy mensos las venden hasta con el logotipo de Morena. Así no se puede. ¿O usted qué cree?

Sesma urge sancionar delitos por venta de bebidas adulteradas o dopadas

Pese al coraje, primero, porque no había diputados en el salón de plenos, por lo que pidió rectificación de quórum –y como conejos de mago, aparecieron 50 legisladores–, para luego exigir a técnicos y demás acompañantes de los diputados guardaran silencio, el diputado del PVEM, Jesús Sesma Suárez, fue muy claro en su advertencia: “Si este fin de semana tenemos la muerte de un joven por sumisión química, tendríamos que nosotros ir y presentarnos como corresponsables”. Así de simple apercibió el líder pevemista a los representantes populares, que se quedaron como niños regañados por no hacer la tarea. Esto, porque desde el 26 de junio pasado presentó una iniciativa, para que bares, cantinas, antros y discotecas, de manera obligatoria tengan algún tipo de tecnología, para verificar si la bebida sufrió de sumisión química, lo que conocemos como doparas, además de que realicen campañas informativas. Don Chucho denunció que, hasta hoy, ni una sola alcaldía o autoridad ha hecho algo al respecto, lo más grave es que la Comisión de Administración Pública Local tiene la propuesta en el sueño de los justos. Por ello, con el rostro enrojecido, como lo hizo su tocayo hace más de dos mil años ante los fariseos, exige dictaminar a la brevedad dicha iniciativa, que reforma a la Ley de Establecimientos Mercantiles de la Ciudad de México, en materia de dispositivos que garanticen el consumo de bebidas alcohólicas o endulzantes libres de alguna droga. Incluso, a su llamado se sumaron la panista Laura Álvarez Soto, y la morenista, Judith Vanegas Tapia, aunque de ésta última es normal, casi todo lo suscribe. Pero la presidenta de dicha Comisión, Elizabeth Mateos Hernández, de Morena, hizo como que la Virgen le habla y literalmente ignoró a su hijo –bueno, bueno, al tocayo de su vástago–. Para la morenista es más importante subir sus ocurrencias, como decretar el “Día del Rock and Rol Mexicano” o hacer los preparativos para el “Buen Fin”. Ojalá y que este fin de semana no ocurra el fallecimiento de algún joven por beber alcohol adulterado, porque entonces se las verá no con la justicia de los hombres, sino con el padre del tocayo de Sesma, cuya justicia es más severa. ¿A poco no?