Malquerientes de Martha Ávila sólo le dan publicidad gratis en lugar de incomodarla

Eso de que Martha Ávila Ventura quiere que Rafael Guerra Álvarez repita como presidente en el Poder Judicial, así como de que ande pidiendo favores al panista Santiago Taboada, es pura comedia-ficción al estilo de las películas de Viruta y Capulina o de Chabelo y Pepito contra los Monstruos. De veras que ahora sí se volaron la barda los malquerientes de doña Martha. Como si para buscar magistrados, la morenista tuviera que hacer antesala con sus adversarios panistas. O andan muy, pero muy desinformados estos que esparcieron el rumor o son puros nervios y desesperación, de ver que ahora sí Marthita va en caballo de hacienda y sin freno rumbo a la alcaldía de Iztapalapa. No vaya siendo después que quienes riegan estos infundios, vayan a necesitar de Martha para gestionarles reuniones con magistrados y hasta con la jefa de Gobierno. La identidad de los posibles filtradores de infundios está más o menos clara, pues la diputada Ávila, sin deberla ni temerla, hizo sentir damnificados a algunas y otros que de todos modos resultaron ganones. Con este tamaño de patrañas, pretenden poner piedras en el camino de la morenita, que cada vez se ve más consistente en la ruta política que va a seguir. Y con esos chismes y envidias, demuestran que hasta lo que no comen les hace daño. Lo curioso, es que quien fuera presidenta del Congreso local, lejos de enojarse, en la sesión ordinaria de este martes se le vio muy contenta y relajada, como agradeciendo la involuntaria y no pedida publicidad a su persona en medios nacionales. Ah que gente tan chismosa, “verdá” de Dios. ¿O como la ven?

Morenistas pendientes de los que dice Sheinbaum para presentar ocurrencias

De verdad que estas diputadas locales de Morena sólo esperan los discursos de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, para colgarse y hasta proponer cambiar la historia, “porque así lo dice nuestra presidenta”, dicen a cada de sus ocurrencias. Prueba de ello –una más–, es lo que ocurrió este martes en la sesión ordinaria, cuando la inexperta legisladora, Juana María Juárez López, subió a tribuna del Antiguo Palacio de Donceles, para presentar una iniciativa para, según ella, “reivindicar la memoria histórica de las mujeres que participaron en la Independencia de México y avanzar hacia la igualdad sustantiva”. Y como lo dijo Sheinbaum Pardo, ahí van las diputadas de la mayoría, quienes, vestidas como edecanes, con el color oficial de su partido, bañaditas, perfumaditas y muy maquilladas –no todas, eh, aclaro–, con orgullo mostraron grandes fotos de doña Josefa Ortiz de Domínguez, cuyo nombre está plasmado con letras de oro, en la parte central del punto más alto del Antiguo Palacio de Donceles, para exigir que ahora le sea cambiado por su “verdadero nombre”: Josefa Ortiz Téllez-Girón. El motivo, “porque así lo dijo nuestra presidenta: Las mujeres no somos, ni hemos sido, propiedad de nadie”. Así se las gastan nuestras cumplidas diputadas morenistas, olvidándose de la inseguridad, los baches, las lluvias, los muertos y heridos por el “pipazo”, así como de la inconformidad y enojo con que viven la mayoría de los capitalinos. Ah, pero porque así lo dijo “nuestra presidenta”, utilizaron buena parte del tiempo de la sesión para mostrarse como defensores de las mujeres oprimidas y de las que “no son propiedad de nadie”. Órale. A todo dar. De seguir por esa ruta, pronto tendrán que cambiar los nombres de todas las mujeres que están plasmadas con letras de oro en el recinto de Donceles y Allende. Otra forma de desviar recursos públicos, porque para eso son muy buenas.


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