
Sin dar a conocer el móvil y, sobre todo, la identidad del o los autores intelectuales del doble crimen, la Fiscalía General de Justicia (FGJ) capitalina no aportó algún elemento extraordinario en el asesinato de Ximena Josefina Guzmán Cuevas y José Muñoz Vega, acaecido el 20 de mayo pasado, salvó el operativo simultáneo para capturar a 13 presuntos involucrados, aunque sigue prófugo el auto material de las ejecuciones.
En conferencia de prensa, el secretario de Seguridad Ciudadana y Protección Ciudadana (SCPC), Omar García Harfuch; la fiscal General de Justicia (FGJ) capitalina, Bertha Alcalde Luján; y el secretario de Seguridad Ciudadana (SSC), Pablo Vázquez Camacho, se concretaron a darle vueltas al tema sin aterrizar en algo concreto, centrándose en informar lo que la jefa de Gobierno, Clara Brugada Molina, difundió cerca del mediodía.
Los tres funcionarios coincidieron que las indagatorias con relación al crimen de los dos cercanos colaboradores de Brugada Molina, “se refuerza la hipótesis de que la agresión fue producto de una planeación anticipada y sostenida en el tiempo”, luego de que, por espacio de 20 días, los implicados realizaron diversos recorridos y vigilancia de las víctimas durante el mes de mayo.
Sin embargo, Alcalde Luján –en un intento por lavarse las manos–, sentenció que las investigaciones continúan, para dar con el autor material y los autores intelectuales del homicidio, “pues son varias las líneas que investigamos y por secrecía de la indagatoria no podemos revelar algo por el momento”, argumentó.
García Harfuch, por su parte, detalló que la captura de estas 13 personas, fue derivado de 11 cateos y acciones operativas en las alcaldías Gustavo A. Madero y Xochimilco, así como en los municipios de Otumba y Coacalco, Estado de México, una vez que quedaron plenamente identificados estos sospechosos.
Indicó que “gracias al uso de herramientas tecnología, el seguimiento de cámara de videovigilancia y labores de gabinete de campo, fue como logramos identificar a estas personas directamente relacionadas con los hechos, así como las rutas de escape y zona de movilidad fuera de la capital”, sostuvo.
Añadió que “una vez consumada la agresión, los responsables se concentraron en la colonia Barrio de Asunción, alcaldía Iztacalco, donde abordaron una camioneta gris y huyeron con dirección a Ecatepec de Morelos, Estado de México”, comentó como ocurrió a las pocas horas de perpetrado el crimen.
Aclaró que en los operativos participó las secretarías de la Defensa Nacional y Marina, así como Guardia Nacional, SSyPC, SSC, Fiscalía General de la República (FGR) y de la FGJ.
A su vez, Vázquez Camacho reveló que en el homicidio de los funcionarios, se utilizaron, al menos, cinco vehículos: una moto, “empleada para la agresión inicial y la huida inmediata”; un auto Nissan Kicks; una camioneta tipo Urban, utilizada para el escape; así como dos unidades de las marcas Renault y Chevrolet, para el seguimiento de los objetivos”, dijo.
Alcalde Luján, por su parte, sostuvo que “hay un alto grado de probabilidad de que el 14 de mayo planeaban ejecutar el evento, pero no lo realizaron, debido a que ese día Ximena no recogió a José, como usualmente lo hacía a las afueras del Metro Xola”, explicó.
Agregó que “ese día se identificaron los cinco vehículos con recorridos similares a los del 20 de mayo. Asimismo, se observa un sujeto realizando vigilancia en el lugar donde se cometió el delito, quien era una persona distinta a la que disparó el día de los hechos, pero tenía una vestimenta y el modo de operación similar”, aseguró.
Insistió que mantienen una investigación “cerrada”, y por ahora ya cuentan con la captura de Jesús “N”, Arleth “N” y Nery “N” por delitos de homicidio y asociación delictuoso, así como Abraham “N” y Jesús Francisco “N”, entre otros.
Detalló que al menos seis personas ayudaron en la vigilancia de Ximena y José, así como otras tres personas que ayudaron en la carga de celulares, vehículos y armas, según lo mencionó Alcalde Luján.
Sin embargo, bajo el argumento del sigilo que rige las investigaciones, los funcionarios guardaron silencio y omitieron datos importantes para entender la complejidad del caso.
Muy a su pesar, aceptaron que indudablemente los asesinatos fueron ejecutados con una precisión casi militar, desde el “halconeo” del que fueron objeto las víctimas, la armonización entre todos los integrantes del comando que ejecutó los homicidios, pues todo lo realizaron con exactitud en las tareas que le fueron asignadas y el escape que realizaron de la zona.
Además, aceptaron los funcionarios que no tienen al ejecutor de los disparos, tampoco si los detenidos y prófugos, pertenecen a algún grupo del crimen organizado y, sobre todo, rechazaron que hayan existido amenazas previas a las víctimas, como tampoco que el crimen organizado era mandar un mensaje contundente a la sociedad mexicana, a la autoridad capitalina y a la federación.
Y como para burlarse de la opinión pública, los tres funcionarios coincidieron en afirmar que “sigue abierta la investigación”, dado que siguen prófugos el autor material del doble crimen, al o los autores intelectuales.
De acuerdo con la información consultada, las averiguaciones también se concentran en la ubicación de personas que pudieron facilitar el uso de placas, pues todos los vehículos implicados las llevaban sobrepuestas, además de que la planeación para el crimen involucra a personas que si bien no tuvieron una participación activa, influyeron en la comisión del doble homicidio.
Asimismo, quedó al descubierto que hasta el momento realizan indagatorias en los estados de México, Querétaro, Morelos y Guerrero; en la primera entidad, dan seguimiento al conductor de la motocicleta, quien fue el encargado de realizar labores de vigilancia de los funcionarios antes del ataque, cuya unidad portaba la placa 84TWP3, la cual está a nombre de Carlos Jesús N.
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