Diputada de MORENA insiste en censurar este espacio en complicidad con autoridades

La libertad de expresión es el derecho fundamental a buscar, recibir y difundir información e ideas de cualquier índole, sin censura previa, por cualquier medio de expresión. Es un pilar de la democracia y de la sociedad civil. Son derechos reconocidos en la Constitución Mexicana, la Declaración Universal de Derechos Humanos y otros instrumentos internacionales.

Me he enterado de que he sido sujeto de dos acciones jurídicas en mi contra por el solo hecho de ejercer mi profesión, a la vez que mi derecho a la libre expresión de las ideas y el derecho a la información.

Hago la presente aclaración, toda vez que en días pasados, en esta columna cuestioné el comportamiento contradictorio con el que se conducen algunas y algunos políticos de MORENA, pues mientras pregonan por doquier ser practicantes de la austeridad republicana, realizan conductas totalmente contrarias a estos principios y valores.

Por estas expresiones se me ha pretendido censurar, pues referí que una familiar de una diputada se encontraba estudiando en una preparatoria de la UNAM y la mencionada representante popular, en un acto de incongruencia con sus posiciones públicas, la cambió al Tecnológico de Monterrey.

Cabe señalar que la crítica realizada refiere la contradicción existente entre las acciones de la diputada y los valores que públicamente dice defender. En ningún momento me referí a su familiar con demerito o menoscabo alguno, pues merece todo mi respeto; tampoco me referí a la vida privada de la diputada. Reitero que se trata de una crítica a una integrante de MORENA, que, como persona pública, incurre en actos que tantas veces ha criticado.

Por otra parte, es importante reafirmar que mi escrito estuvo dirigido a la incongruencia y comportamiento público de la diputada y de ninguna manera a su familiar. En todo caso, ha sido la propia diputada quien ha dado exposición pública a su familiar al llevarla de manera reiterada a las sesiones, sentarla en su curul y referirla en múltiples ocasiones en sus discursos y participaciones en la tribuna, como es de conocimiento de todas las personas que siguen las sesiones del Congreso de la Ciudad de México.

Es preocupante que en un país donde se han violentado los derechos y vulnerado la integridad física y personal de quienes ejercemos el periodismo, sean ahora representantes populares quienes nos persigan judicialmente, porque en el ejercicio de nuestro oficio informamos sobre hechos y situaciones que no les gustan y les incomodan.

Es inaceptable que ahora ciudadanos y reporteros tengamos que pedir perdón al autoritarismo de legisladores, ante el solo hecho de ejercemos nuestros derechos y garantías constitucionales.


Descubre más desde Donceles Portal

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.