
La diputada local de Morena, Ana Buendía García, propuso atender una problemática urgente y frecuentemente invisibilizada, como es la salud mental de las personas que viven con infecciones de transmisión sexual (ITS), incluyendo el VIH/SIDA.
Para eso, presentó ante el pleno del Congreso local una iniciativa para adicionar una fracción IV al artículo 74 de la Ley de Salud capitalina, a fin de garantizar servicios integrales de salud mental para las personas que viven con IST.
“Esta medida contempla un enfoque integral, que incluya acompañamiento emocional, orientación psicológica y estrategias de afrontamiento”, sostuvo la morenista desde tribuna.
Explicó que aún y cuando en las últimas décadas se han logrado importantes avances en materia de prevención y tratamiento de estas enfermedades, existe una deuda pendiente con quienes enfrentan el impacto emocional y psicológico que conlleva un diagnóstico de este tipo.
Citó datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), los cuales indican que las personas que viven con ITS tienen una mayor predisposición a padecer trastornos psicológicos, como depresión y ansiedad.
En este sentido, subrayó, no se trata únicamente de una cuestión médica, sino de una realidad social que debe ser atendida con sensibilidad y urgencia.
Recordó que en México miles de personas viven actualmente con alguna ITS, y cada año se registran nuevos casos, debido a que el acceso a servicios de atención psicológica continúa siendo limitado, lo que incrementa la vulnerabilidad de esta población.
“La salud mental no es un privilegio, es un derecho. Debemos garantizar que quienes han sido diagnosticados con una infección de transmisión sexual reciban apoyo emocional, terapia psicológica y herramientas para afrontar el impacto que genera su condición”, afirmó la diputada.
Además, urge erradicar la exclusión social y el estigma, “que no solo agravan su salud mental, sino que limitan sus oportunidades de desarrollo y bienestar. Es urgente promover campañas de información que hablen, no solo de los riesgos biológicos, sino del impacto emocional de vivir con estas condiciones”, destacó.
Ante este panorama, hizo un llamado a fortalecer la capacitación de profesionales de la salud, colaborar con organizaciones de la sociedad civil y establecer redes de apoyo desde el ámbito gubernamental y comunitario, con el fin de construir espacios seguros y humanos para el acompañamiento emocional.
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