Con el aval de los siete grupos y dos asociaciones parlamentarias, el Congreso capitalino exhortó a la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) y a la Subsecretaría del Sistema Penitenciario a crear Casas de Medio Camino para Mujeres en el Centro Femenil de Reinserción Social de Santa Martha Acatitla y en el Centro Femenil de Reinserción Social Tepepan.

Además, garantizar su plena operatividad, contratar a personal especializado, equipamiento adecuado, atención a la salud mental y adaptados a las necesidades particulares de las mujeres preliberadas o que han obtenido su libertad.

Dicha propuesta la presentó la diputada local del PVEM, Rebeca Peralta León, al solicitar un trabajo coordinado, con perspectiva de género, que garantice que las mujeres –como ya lo hacen con los hombres–, puedan contar con espacios que les permitan tener una transición del encierro de una prisión a la reincorporación sana en la sociedad y su comunidad.

La pevemista precisó que la falta de opciones de alojamiento seguro y estable incrementa la probabilidad de que las mujeres recién liberadas caigan en situación de calle, pues cuando carecen de alternativas viables, algunas mujeres pueden verse forzadas a regresar a entornos familiares o sociales disfuncionales, violentos o que propicien la reincidencia delictiva.

Explicó Peralta León que la incapacidad para satisfacer necesidades básicas, como el refugio y la seguridad, puede aumentar la desesperación y la vulnerabilidad, factores que contribuyen a la reincidencia delictiva como estrategia de supervivencia, aunado a las mujeres que necesitan tratamientos ininterrumpidos por temas de salud física y mental.

“Imaginemos a una mujer, llamémosle Fernanda, que hoy mismo cruza las puertas de un centro penitenciario de la Ciudad de México. Tras años de encierro, la libertad debería sentirse como un amanecer, pero para Fer se asemeja más a un precipicio. En sus manos unas pocas pertenencias, en su corazón una mezcla de esperanza frágil y un medio paralizante”, comentó la diputada.

Aunado a ello, comento, “no tiene un lugar seguro al cual regresar, sus familiares no la quieren recibir o no tiene familia, las redes de apoyo que alguna vez tuvo se han desvanecido. Ella requiere de atención psiquiátrica y de un tratamiento específico ininterrumpido”, dijo desde la tribuna la diputada local del PVEM.

“¿A dónde irá Fernanda esa noche? ¿Quién proveerá su tratamiento médico? ¿Cómo enfrentará la búsqueda de empleo sin un domicilio fijo, sin referencias recientes y con el peso de su pasado?”, cuestionó.

Afirmó que: “Para Fernanda la liberación se convierte en el inicio de una nueva condena, porque muchas mujeres al cumplir su condena que les fue impuesta y al obtener su libertad, le abren las puertas hacia una vulnerabilidad extrema, la exposición, a la revictiminación o la terrible disyuntiva de recurrir a actividades ilícitas para poder sobrevivir. Esto no es ficción, es la realidad que enfrentan las mujeres que egresan del sistema penitenciario de la Ciudad sin un apoyo fundamental, sin un hogar seguro que les permita iniciar su camino hacia la reintegración”, lamentó.

Por ello, la importancia de la creación de una Institución Abierta Casa de Medio Camino Femenil, que debe ser reconocida en la Ley de Centros Penitenciarios de la Ciudad de México y su Reglamento, “pero desafortunadamente en la práctica no tiene el espacio, ni la funcionalidad que en el caso de los varones”, dijo.

Expresó que aún y cuando la Casa de Medio Camino Femenil, está legalmente prevista y han reportado avances significativos en su construcción, “asegurar su plena operatividad, dotación de personal especializado y equipamiento adecuado, con programas específicos y adaptados a las necesidades particulares de las mujeres privadas de la libertad, sigue siendo un desafío pendiente hasta que se confirme su funcionamiento, capacidad y beneficiarias”, destacó.

“Su inexistencia es una clara muestra de las brechas de desigualdad y violencia institucional que persiste y viven las mujeres que están dentro del sistema penitenciario del país y la ciudad de México”, sostuvo la ecologista.

De allí que resulta fundamental abordar estos desafíos, para que las Casas de Medio Camino puedan cumplir cabalmente con su propósito y consolidarse como una alternativa viable y efectiva dentro del sistema de justicia penal de la Ciudad de México y, a la vez, una manera de cumplir los objetivos de la Ley de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia de la Ciudad de México”, enfatizó.


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