
Definitivamente los diputados locales de Morena no tienen memoria, pues cuando hacen propuestas “novedosas” y les recuerdan que esas acciones las hicieron los gobiernos conservadores desde hace años, se frustran e, incluso, desvían el tema a manera de defensa y ofenden a la oposición hasta de su nacimiento.
Así ocurrió en la sesión ordinaria de este martes, cuando el morenista Paulo Emilio García González llamó al Gobierno local y a las 16 alcaldías a promover el acuerdo, por el que den a conocer las marcas de certificación: “Hecho en México” y “Made in Mexico”, publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el 17 de febrero de 2025, como parte del Plan México promovido por el Gobierno federal.
“La herramienta legislativa sostiene que esta marca, tiene el objetivo de que los productos se destaquen dentro de los mercados de nuestro país y se posicionen tanto en el mercado interno como en los mercados internacionales”, afirmo con orgullo el novel y cándido legislador, quien hasta mandó hacer playeras con ambos logotipos y como fondo el color guinda de su partido.
Sin embargo, cuando la diputada local del PRI, Tania Larios Pérez, les dijo estar en contra de que Morena utilice un sello distintivo, “como es ‘Hecho en México’, para fines propagandísticas, además de utilizar los colores alusivos a su partido. Eso, sin lugar a dudas, corrompe el sentido por el cual surgió el sello ‘Hecho en México’, en el gobierno del presidente Luis Echeverría, en 1970, y después fue creado el logo por Omar Arroyo Arriaga, en 1978”, sostuvo en tribuna.
“Hoy ustedes han logrado, pero corromper un logo que no deberían, y sé que alguien de Morena está a favor de lo que estoy sosteniendo, y esa es una diputada que aprecio, como es Valentina Batres. Ella, el 26 de noviembre del 2024, subió y fue aprobado un exhorto en esta tribuna, para exhortar a las 16 alcaldías a garantizar la neutralidad institucional en la implementación de los colores”, enfatizó la priista y rompió la cartulina guinda de «Hecho en México».
Como era de esperarse, al escuchar su nombre, Valentina Batres –mejor conocida en el Congreso local como “Violentina”–, pidió, exigió y subió a tribuna sin esperar que la presidenta de la Mesa Directiva, Martha Ávila Ventura, le autorizara, pues ya en tribuna dijo que hablaría, “¡porque esa diputada me aludió y tengo que responder!”, dijo casi con espuma en la boca.
“Hago uso de esta tribuna, porque creo que alguien se perdió al escuchar la propuesta del punto de acuerdo. Si quieren pueden poner el logo de otro color, pero lo que dice el punto, lo voy a leer, porque el tema no era el color guinda, si quiere póngase crema para la irritación, digo, eso no les va a regresar al PRI los votos, para nada, ni creo que sea sustantiva esta discusión”, afirmó con abierta tendencia a desviar el tema, como es costumbre de ese partido cuando son exhibidos sus errores.
“Además, nos lo dice alguien que representa al PRI, que por años le puso los nombres de los gobernadores, de los presidentes, aun cuando tuvieron el repudio de la población. Eso es un descaro. Tenemos calles que se llaman Luis Echeverría, colonias, barrios y los puso el propio Luis Echeverría, López Portillo. En Álvaro Obregón tenemos una que se llama Ampliación López Mateos…”, pero no terminó su exposición, pues como ya es costumbre, mañosamente, piden la palabra otros morenistas para extender y extender la participación de sus compañeros.
Pidió la palabra el morenista Gabriel Varela López –mal imitador del cómico político Jesús “Palillo” Martínez–, para preguntarle a doña “Violentina” su opinión de que “sigue usurpando el PRI los colores de nuestros símbolos nacionales”, con lo que logró desviar el tema de las marcas “Hecho en México” y “Made in México”.
“Gracias por la pregunta, porque ese es el cinismo más grande. Ese partido que no quiere dejar de usar los colores que representan nuestra bandera. Hoy viene además a distraernos, el punto de acuerdo no tiene que ver con el color guinda”, respondió con ironía la integrante de esa poderosa familia: Batres Guadarrama, que está en el Gobierno federal y local, así como en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
Y como para mostrar la “aplanadora” que integran en el Congreso capitalino, los morenista se le vinieron en cascada una serie de ataques a la priista, por haber osado evidenciar a los muchachos de “ya saben quién”, que retoman la difusión de marcas que desde hace años la implementaron “los gobiernos conservadores”, sobre todo, el PRI.
Empero, Larios Pérez logró su propósito de hacer enojar a los morenistas, al decirles: “En las democracias modernas, la neutralidad institucional, no solo es una obligación ética, sino un principio fundamental para garantizar la igualdad y la imparcialidad en el ejercicio del poder público, los recursos públicos y las acciones gubernamentales deben orientarse exclusivamente al beneficio colectivo, libres de intereses partidistas o propagandísticos”.
Con ello, generó una pelea más entre morenistas y panistas, donde salió a relucir hasta el mandatario de Estados Unidos, de lo tibia que ha resultado la presidenta Claudia Sheinbaum ante los ataques de Donald Trump, de los nexos de Morena con los narcotraficantes y, de no haber puesto orden la presidenta de la Mesa Directiva, hubiera salido a relucir los nombres de Antonio López de Santa Anna y, ¿por qué no?, hasta Hernán Cortés.
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