Por: Daniela Álvarez

En el escenario político nacional, la película de la 4T ha dado un giro inesperado: el pleito entre Adán Augusto “Malo” López y Ricardo “Bueno” Monreal ha alcanzado niveles dignos de una comedia ranchera, al más puro estilo de «Dos tipos de cuidado».

El recorte presupuestal al Senado, impulsado desde la Cámara de Diputados con el respaldo de Morena, fue el disparo que desató la trifulca.

Como recordarán Adán ya no tan “a gusto” y más bien convertido en “Malo” se plantó en el centro del pueblo político y acusó a su compadre Ricardo “Bueno” Monreal de tener por ahí unos contratillos sospechosos firmados cuando era el mandamás del Senado.

Como buen personaje ranchero, Ricardo “Bueno” Monreal respondió con un guiño y un toque de misterio: “Ah, caray, ahora resulta que el que no tiene vacas le cuenta las reses al vecino”.

Mientras nuestros gallardos muchachos entonan sus divertidas coplas, se escucha una voz femenina que sostiene: “Hagan algo por Dios que esos muchachos se van a pelear”.

En esta versión moderna de «Dos tipos de cuidado», el público –la ciudadanía– no ríe ni aplaude.

Está cansada de que los gobernantes se dediquen a protagonizar telenovelas políticas mientras los problemas de inseguridad, pobreza y falta de oportunidades quedan en el olvido.

Nos queda claro que la ciudadanía lo que quiere de la clase política es un guión que contemple soluciones reales, no escenas de comedia.

Morena debería recordar que, en política, la audiencia no perdona. Y, al paso que van, «Dos tipos de cuidado» podrían terminar con un rotundo abucheo y recordemos que juntar algo “Malo” con algo “Bueno” pues lo que sale es “Regular” y pues, se acabó este cantar.


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