
El Centro Histórico de la Ciudad de México, “es víctima de una auténtica invasión de negocios chinos”, denunció el Consejo para el Desarrollo del Comercio en Pequeño y la Empresa Familiar (ConComercioPequeño, SC), al revelar que ya operan más de tres mil 500 locales de ese tipo, lo que representa cerca del 20% de los cerca de 20 mil comercios que existen en la zona.
Así lo aseguró Gerardo Clero López Becerra, presidente de dicha organización, al citar como ejemplo que el Eje Central es testigo lamentable de este fenómeno, ya que decenas de negocios que eran propiedad y atendidos por mexicanos, han sido desplazados por la invasión china, como las legendarias camiserías ubicadas en las esquinas de Ayuntamiento y Victoria, así como zapaterías y tienda de trajes por la zona de Salto del Agua”, acusó.
Además, a toda esta “avalancha” asiática, sostuvo el dirigente empresarial, también habrá que sumar el desplazamiento de añejas mueblerías y tiendas de vestidos de novia y XV años de la zona de La Lagunilla.
“Esta invasión ha provocado un peligroso desplazamiento económico y social, pues décadas atrás el fenómeno de la invasión china sólo pegaba a la industria, como el calzado, la confección, el textil, la electrónica, entre otros, pero ahora ya abarcó al siguiente eslabón de la cadena productiva, que es el comercio”, aseguró.
De igual forma, denunció, “ahora son los propios chinos quienes llegan al país para vender directamente ellos sus productos y ampliar su utilidad, por lo que su presencia está secuestrando la identidad de las principales ciudades del país, como la Ciudad de México.
A este ritmo, insistió López Becerra, “el llamado ‘Barrio Chino’ ya no sólo será el polígono de las calles de Independencia, López, Artículo 123 y Victoria, sino todo el Centro Histórico”, alertó.
El presidente de Concomercio insistió que solamente en el Centro Histórico capitalino, se han identificado más de 80 plazas que funcionan bajo el sistema de Izazaga 89.
Sin embargo, advirtió que este fenómeno ya es nacional, pues en diversas ciudades fronterizas del norte o del sureste del país, también han llegado los asiáticos con el mismo sistema que impacta negativamente al mercado interno al ofrecer “baratijas que rápidamente van al basurero”, dijo.
La estrategia para revertir este fenómeno, debía incluir una profunda depuración de las aduanas y puertos mexicanos, así como inspección en el rubro fiscal, “porque si vienen a hacer negocios aquí, debe verificarse que paguen impuestos y su estatus migratorio; que generen empleos ante la ley y revisar el origen de los productos que comercializan”, afirmó.
Indicó, que este fenómeno ha tomado tales dimensiones, “que actualmente, por más absurdo que suene, los negocios chinos representan una competencia desleal a la competencia desleal que ya representaba el ambulantaje al sector formal, pues una bocina, una playera, una serie navideña o un reloj ya es más barato en esas plazas chinas que en los comercios informales, pues ahora los mismos chinos ya venden sus propios productos”, reiteró.
También en mercados públicos
Por su parte, Alberto Vargas, presidente del Movimiento Nacional del Comercio Social, que agremia a locatarios de mercados públicos, denunció que el comercio chino está pasando del comercio al mayoreo al menudeo, instalando ellos mismos tiendas en las inmediaciones de los mercados públicos para quitarles la venta a los mercados públicos sin que ninguna autoridad intervenga.
Incluso, uno de los productos de novedad que hace unos meses comenzó a ser distribuida en México, son lo que ellos denominan “bicicletas eléctricas”, que en realidad son motocicletas eléctricas que circulan sin ninguna restricción y que serán causa de graves accidentes.
“El problema, es que la plaga de fayuca asiática amenaza principalmente a los países que tienen sistemas frágiles de importación, aduanas corruptibles, una industria nacional empobrecida que no satisface los requerimientos del consumo interno, como la nuestra y consumidores que buscan principalmente artículos baratos sin importar la calidad”, remarcó el líder de los mercados públicos.
Por lo anterior, López Becerra hizo votos para que continúen y se fortalezcan los operativos, pues de lo contrario, el famoso operativo contra Izazaga 89, quedará en una pifia que lejos de enorgullecer y evidenciar el Estado de Derecho en México, será motivo de pena y muestra de ellos es el desplazamiento de los locatarios a otras plazas.
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