Quizá fue la desmañanada o en realidad es su naturaleza, pero la verdad es que los diputados locales mostraron lo que en realidad son: flojos e irresponsables, pues de los 40 que pasaron lista de asistencia, como conejos de mago, pronto desaparecieron del salón de Plenos, sin considerar la importancia de su presencia para un asunto tan importante no sólo para la Ciudad de México, sino para la Nación.

De ahí que la presidenta de la Mesa Directiva, Martha Ávila Ventura, se vio obligada abrir un receso de cinco minutos, “para que los diputados que no están en sus curules, regresen al salón de Plenos”, dijo con gesto adusto, luego de pedir si había diputados a favor de la minuta, y nada; diputados en contra, y nada.

Es decir, para ese momento de los 66 diputados que conforman la III Legislatura del Congreso de la Ciudad de México, sólo pasaron lista de asistencia 40 y más tarde que pronto, más de la mitad desapareció para terminar su interrumpido sueño, dado que fueron citados para las 7:30 horas, a fin de discutir la minuta que anoche les mandó el Congreso de la Unión.

El problema fue que al no existir el quórum establecido por la Ley Orgánica y el Reglamento del Congreso capitalino, la sesión inició 57 minutos después, pues, incluso, ni los coordinadores de los cinco grupos y dos asociaciones parlamentarias habían llegado.

Eso provocó que los “cumplidos” diputados locales que pasaron lista, pronto abandonaran el salón de Plenos del Antiguo Palacio de Donceles, debido a que sus dirigentes no logran controlarlos y tampoco son ejemplo para ellos; todos hacen lo que quieren y ahí quedó el ejemplo.

A las 7:57 horas, Ávila Ventura anunció que el Congreso de la Ciudad de México quedaba establecido como Constituyente Permanente, para discutir y, en su caso, aprobar la minuta por el que se reforma, adiciona y deroga el artículo 2° de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en materia de pueblos y comunidades indígenas y afromexicanos, aprobada por el Congreso de la Unión.

Y como ni el secretario de la Mesa, Fernando Zárate Salgado, de Morena, había llegado, tuvo que tomar su lugar la diputada Jannete Guerrero Maya, del PT, quien informó a la presidenta la asistencia de 40 diputadas y diputados, “por lo que hay quórum”, estableció.

Sólo que a los tres minutos de que la morenista hizo sonar la campanilla de inició de la sesión, sin ocultar su frustración vio semivacío el salón, por lo que luego de preguntar si había diputados en contra o a favor de la minuta, decretó un receso de 5 minutos, con la esperanza de que aparecieran los “conejos de mago”.

A los cinco minutos, la presidenta de la Mesa Directiva les recordó a los presentes que para aprobar la minuta “se requiere la mayoría absoluta”, por lo que pidió al secretario de la Mesa, quien ya había llegado, proceder a levantar la votación.

Zárate Salgado informó que “se abre por un minuto el sistema electrónico de votación”. Pero ese minuto se convirtió en dos y hasta en dos y medio, pues siguieron llegando tarde más legisladores, como fue el caso del morenista Alberto Martínez Urincho, típico en él, que de inmediato dijo “¡a favor!”, sin saber el motivo.

Tras la aprobación del instrumento legislativo, con 54 votos a favor –es decir, por unanimidad, porque fueron los legisladores que llegaron, pues faltaron 12–, Ávila Ventura aseguró que el Congreso de la Ciudad de México, contribuye a la conservación de la identidad cultural y colectiva de los pueblos y comunidades indígenas y afromexicanos.

“Al reconocimiento de su origen y de su carácter como sujetos de derecho público, al respeto y aplicación de sus sistemas normativos por parte de sus autoridades comunitarias, respetando siempre las garantías individuales, los derechos humanos y la dignidad e integridad de las mujeres”, expresó.

A las 8:12 horas, dio por concluida la fracturada sesión, pidiéndole, rogándole, implorándole, a los legisladores permanecer en su lugar, “ya que estamos por iniciar la comparecencia del secretario de Seguridad Ciudadana, como parte de la Glosa del Sexto Informe de Gobierno”, pero pocos la escucharon; la mayoría volvió a desaparecer.

Sin embargo, una vez concluida la comparecencia del jefe de la Policía Preventiva capitalina, Pablo Vázquez Camacho, el Congreso local prevé instalarse de nueva cuenta como Constituyente Permanente, para discutir y, en su caso, aprobar la minuta que esta madruga les mandó el Congreso de la Unión para integración al Ejército de la Guardia Nacional.


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