En reconocimiento a las personas que realizan una labor altruista, al brindar calidad de vida a miles de niños, jóvenes y adultos hospitalizados, se realizó el estreno mundial la obra: “Dr. Clown”, en la sala principal del Palacio de Bellas Artes.

Dicha obra es de la autoría del compositor e interprete, Alejandro H. Cadengo, y fue dirigida por la batuta del destacado director Enrique Arturo Diemecke, interpretada por la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN), los días 31 de mayo y 2 de junio.

Acerca de su creación, el maestro Cadengo, describió a “Dr. Clown” como, “el relato musical de un día en la vida de un doctor payaso, siendo una obra llena de vida, alegre y festiva”, comentó.

Afirmó que la obra tiene diferentes contenidos musicales, que van describiendo el relato de las travesías de un doctor payaso en la realización de su labor, tales como una fanfarria, una marcha, un vals, una samba y numerosos llamados a la música mexicana pues dijo es un sello del compositor en la creación de sus obras.

Entre aplausos y vivas de un público muy emocionado, que se mostró sorprendido cuando los músicos, previo a la ejecución, comenzaron a abrir unos paraguas dentro de la sala del recinto cultural más importante de nuestro país, siendo esta acción parte escénica de la obra.

También, podía observarse espectadores con narices rojas, tocados creativos de animales y cualquier objeto simple y curioso, sombreros, mallas llamativas, y por supuesto diversos calzados cómicos y batas blancas.

Asimismo, la carcajada en líneas ascendentes y descendentes es representada en el inicio de la música, haciendo al director de la orquesta participe de la escena, más allá de solo encargarse de la música, pues mágicamente su batuta se rompe.

Mientras que, el uso de diferentes instrumentos de percusión capta la atención del público: un silbato, unas maracas, una pandereta, los platillos, el bombo, entre otros, pero también hacen alusión a algunos nombres con los que se hacen llamar los “doctores payaso”.

Antes de concluir la interpretación, los músicos se pusieron de pie para ejecutar los últimos acordes de la pieza magistralmente, girando en su propio eje con sus instrumentos.

Para los asistentes al concierto fue una experiencia inolvidable, llena de momentos esperanzadores y una invitación a la reflexión y a abrazar la vida.

Es de resaltar que el compositor mientras recibía la ovación del público, sacó de su bolsa un pequeño corazón para colocarlo en su pecho y, posteriormente, llevarlo al frente de su nariz elevándolo al viento, dando un mensaje de amor y agradecimiento.