Lejos de ser uno de los puntos importantes para el Simulacro Nacional 2023, la esquina de Donceles y Allende, donde está ubicado en Congreso capitalino, desde temprano fue convertido en un manicomio, donde damnificados, toreros y galleros, además de impedir el ingreso a ese recinto de los diputados locales y demás trabajadores, hablaron, gritaron y exigieron el cumplimiento de sus demandas.

De allí que las 11:00 horas, cuando comenzaron a sonar las alertas sísmicas en el Centro Histórico, el único inmueble que no participó en el evento, fue el Antiguo Palacio de Donceles, dado que entre los manifestantes estaban los legisladores de los cinco grupos y tres asociaciones parlamentarias; al interior del edificio solo estaba el personal de resguardo.

Sin embargo, la acción no afectó a los inconformes, pues lograron su objetivo: “No permitimos que se hiciera un show de nuestras tragedias. Valió la pena. Este va a ser un 19 de septiembre como debe ser: Luto. Porque no hay nada que conmemorar. Solo muestra lo gris que hasta ahora ha sido este Congreso”, coincidieron en acusar los cuatro grupos que impidieron la Sesión Solemne de este martes.

Incluso, primero reclamaron y, luego, felicitaron los legisladores que desayunaban en la cocina económica “El Mesón de Allende”, ubicada frente al Antiguo Palacio de Donceles, a la espera de que se retirarán los inconformes, para iniciar la Sesión Solemne en conmemoración de los sismos de 1985 y 2017, que estaba prevista a realizarse a las 9:00 horas.

“¡Están desayunando! A ver, a ver. Vamos a entrevistar a algún diputado. Tenemos dos diputadas que al menos no han huido. Se les agradece estar aquí esperando una resolución. Tienen método por no haberse ido. Ojalá que cuando terminen de desayunar sean portadores de nuestra voz”, pidieron a los legisladores.

Entre estos representantes populares destacaban las perredistas Polimnia Romana Sierra Bárcena y Gabriela Quiroga Anguiano, quienes sorprendidas y temerosas permitieron a los manifestantes encararlas, para primero reclamarles que no luchen por sus demandas, pero luego las felicitaron por no huir.

Pero al ver que ambas pertenecen al PRD, cambiaron su actitud y las felicitaron por escuchar sus reclamos, pidiéndoles que los apoyen para llevar éstos ante la tribuna del Congreso local.

Aunque las perredistas les respondieron que esa tarea es de los diputados que los llevaron, como Royfid Torres González, Carlos Fernández Tinoco y Daniela Álvarez Camacho, los dos primeros del partido Movimiento Ciudadano y la tercera del PAN, quienes integran la Asociación Parlamentaria Ciudadana.

Mientras que otro grupo de damnificados, fueron llevados por la diputada local del PRI, Maxta González Carrillo, quien al no poder competir con el otro grupo, pues llevan grandes y ensordecedoras bocinas, optó por distribuir una comunicado, donde sus agremiados explican sus demandas.

Empero, como los manifestantes no mostraron la mínima intención de cambiar su “agresiva” actitud, de permitir el ingreso al Congreso capitalino a los diputados locales, a las 11:14 horas, la presidenta de la Mesa Directiva, Gabriela Salido Magos, decidió levantar la sesión.

Para ese momento sólo estaban presentes seis diputados, quienes una vez que dejaron de sonar las alertas sísmicas lograron ingresar al recinto, ante quienes la panista Salido Magos les informó que esta Sesión Solemne será desahogada este jueves, para luego realizar la sesión ordinaria.  

El motivo por el que fue suspendida la sesión solemne, además de no permitir el acceso a los diputados locales, es que los inconformes exigían subir a tribuna del salón de plenos, para exponer sus demandas.

Los legisladores que los llevaron, no les informaron que para ello debe ser aprobado por la Junta de Coordinación Política (Jucopo), a cargo de la líder de MORENA, Martha Ávila Ventura.

En tanto, al interior del recinto, no se realizó algún repliegue, pues el personal de resguardo omitió aplicar las medidas protección civil correspondientes, afuera, desde las escalinatas hasta las calles de Donceles y Allende, era un manicomio, pues los cuatro grupos de manifestantes con micrófonos, grandes bocinas, megáfonos o a grito abierto, competían por dar a conocer sus demandas.

Y como los inconformes impidieron la realización del Simulacro Nacional 2023, el personal de resguardo del Congreso capitalino no se preocupó por supervisar los salones y áreas correspondientes, simplemente se conformaron con atrincherarse en las grandes puertas, para evitar que los manifestantes ingresaran.

Así, entre gritos y demandas, sólo uno de los grupos de damnificados, apoyados por toreros y galleros, guardaron un minuto de silencio con el puño izquierdo levantado, a fin de recordar y conmemorar este día. Sin perder la figura, entonaron el Himno Nacional, no así la gente que llevaron los legisladores de Movimiento Ciudadano.

Este grupo decidió no participar en el Simulacro, “porque no hay nada que celebrar. La mayoría de nosotros seguimos sin poder regresar a nuestras casas. El Gobierno (capitalino) insiste en reconstruir los inmuebles que están inservibles desde hace seis años. Se niega a derrumbarlos y construir nuevos”, decían a cuanto reportero se les acercaba para entrevistarlos.

Aunque eso sí, lamentaron que los legisladores no hayan llegado un acuerdo para escucharlos desde la tribuna, “lo que nos confirma, una vez más, que esta no es la Casa del Pueblo, como tanto pregonan los diputados”, por lo que los de Movimiento Ciudadano, quienes los llevaron, hicieron como la Virgen les hablaba y decidieron retirarse sigilosamente antes de que los manifestantes terminaran su evento.

 


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